Buenos Aires, 3 de junio de 2014
Juicio Político y Corrupción
Comparto
con el lector Felipe Yofre (16-5-2014) que es lógico que el Papa,
vicario de Cristo en la Tierra, se encuentre y saque fotos con “los más
corruptos”, a quienes de seguro tratará de incitar a ser mejores
personas.
Pero en cambio no estoy de acuerdo en que diputados y
senadores de cualquier partido que sean, omitan dar su conformidad para
que las conductas de los funcionarios que aparentemente se han
enriquecido, sea con negocios incompatibles con la función pública, o
aprovechando el poder emanado de ella a tal fin, sean sometidas a la
investigación y aplicación de las leyes.
Parecería que en sociedades
muy corruptas como la nuestra, la institución del juicio político y el
desafuero previo, debería ser revisada y hasta derogada. Porque de la
forma que se emplea, termina atentando contra la igualdad ante la ley,
prevista por el art 16 de la Constitución Nacional.
En efecto, en
las cárceles, que no están cumpliendo su función de resocialización,
coincido con el Papa Franciso, parecería que solo están los pobres y los
perejiles, algunos de los cuales hasta purgan delitos ajenos, mientras
que jamás son sometidos al derecho y por lo tanto devienen impunes, los
amigos del poder, los autores de lavado de dinero, o enriquecimiento
ilícito, o cohecho, los poderosos, los organizadores de actividades como
el narcotráfico.
Hasta en el caso de hechos acreditados en el exterior,
resulta que los delitos misteriosamente desaparecen en suelo
argentino.
Coincido además con lectores como Alejandro Poli
Gonzalvo (11-6-2013), y otros, y con la oposición, en que los delitos
de corrupción, igual que los de lesa humanidad, deben ser
imprescriptibles.
Alejandra Belmartino
alexbelmartino@fibertel.com.ar