EJECUCIÓN
CONTINUADA Y JUSTICIA
Son
varias las personas y cartas al país de los lectores, que se preguntan por
qué Cristina Kirchner no está presa. Según testigos como Fariña, Néstor y Cristina Kirchner montaron una
organización sistemática para enriquecerse por obra pública, otros negocios
incompatibles con la función, lavaron dinero. Parecería nos
habíamos convertido con ellos en un sistema quasi delictivo
generalizado, en el que cada cual calla por su tajadita, beneficio, puestito,
curro.
Sin
perjuicio de que en mi opinión, hay otras fuentes non sanctas de recursos
(venta de efedrina por el estado, que habría omitido intencionalmente dictar
normas al efecto de prohibir la sustancia, etc), lo cierto es que es imposible
que se realicen, delitos de ejecución
continuada por una década, sin omisión de función judicial y de órganos de
control garantizada.
Ello
convierte a los jueces y funcionarios no solo en encubridores, sino en
verdaderos “partícipes” de las conductas ilícitas del poder político. Y
cómo salir de tal postura. No es fácil.
Cristina
no está privada de libertad, porque a Argentina le está faltando una justicia
criminal de función legal, para ser un estado de derecho.
Quienes
hoy investigan con lentitud, son los mismos que antes encubrieron, y no
olvidemos que hay denuncias que tienen 8 a 10 años de antigüedad.