SANTO ARGENTINO
Ceferino Namuncurá se convirtió en el primer beato mapuche y quedó a un paso de la santidad
El enviado papal, cardenal Tarcisio Bertone, proclamó hoy beato en nombre de la Iglesia Católica a Ceferino Namuncurá, el primer indígena argentino en dar ese paso previo a la santidad, en una multitudinaria ceremonia bilingüe en Chimpay, Río Negro.
"Ceferino es beato", dijo el purpurado vaticano ante ciento de miles de fieles que recibieron la confirmación oficial con vítores y aplausos. También anunció que la fiesta religiosa por el joven mapuche será el 26 de agosto, fecha de su nacimiento.
Previamente el obispo de Viedma, monseñor Esteban Laxague, pidió formalmente al cardenal Bertone, en su carácter de representante del papa Benedicto XVI, que "inscriba en el catálogo de los beatos al querido Ceferino Namuncurá".
En tanto, Hermelinda Painequeo hizo lo propio en "mapudungun", lengua originaria, en nombre de "todo el pueblo de Dios peregrino, y en particular de los mapuches cristianos, de la familia Namuncurá, de los jóvenes, de los más pobres". Ruego que Aparicio Millapi tradujo al castellano.
Bertone recordó, en su homilía en castellano, el apego de Ceferino a su tierra y a sus raíces indígenas, su fe cristiana y su devoción a la Virgen bajo su advocación de María Auxiliadora.
Tras señalar "es la primera vez que se hace una beatificación en la Argentina", el Secretario de Estado vaticano destacó, que era también la primera vez que se hacía la ceremonia "no en una gran ciudad, sino en un pueblo pequeño, pero grandísimo por esta muchedumbre de amigos de Ceferino".
"Ceferino jamás olvidó que era mapuche, su ideal supremo era ser útil a su pueblo", subrayó el purpurado vaticano.
Bertone enfatizó que "él resume los sufrimientos, aspiraciones y anhelos de los mapuches", y rogó que "el Evangelio no destruya los valores auténticos de una cultura, sino que los purifique y los perfeccione".
Al finalizar la misa concelebrada por el cardenal Jorge Bergoglio y el arzobispo Estanislao Karlic, Bertone leyó una carta del Papa, en la que pide al nuevo beato que interceda en favor del pueblo argentino.
La ceremonia culminó con el despliegue de una imagen gigante de Ceferino, de diez metros de alto por cuatro de ancho.
El gobierno nacional estuvo representado por el vicepresidente Daniel Scioli, el embajador ante la Santa Sede, Carlos Custer, y el Secretario de Culto, Guillermo Oliveri, además de otras autoridades provinciales.
Entre fieles, cerca de 200 mil según fuentes religiosas, había numerosos mapuches con vestimentas tradicionales y también Valeria Herrera, una joven madre cordobesa de 33 años, cuyo "milagro" -se curó en forma "instantánea e íntegramente" de un cáncer de útero- posibilitó la beatificación de Ceferino.
Ceferino Namuncurá nació el 26 de agosto de 1886 en Chimpay y es hijo de Manuel Namuncurá, heredero de Cafulcurá y uno de los caciques que encabezó la resistencia durante la Campana del Desierto, y de la cautiva chilena Rosario Burgos.