Buenos Aires, 22 de mayo de 2014
¡ Muy Bien Francisco !
Una vez más, comparto 100 % el criterio del Papa del fin del mundo, que apuesta
por una Iglesia que predique con el ejemplo.
El hombre sencillo y práctico que viajaba en subte, siempre coherente con su
prédica, consideró inadecuado el gasto de 18.000 euros realizado en una fiesta,
durante la doble canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II.
En verdad son muchísimas las personas del mundo que amasan fortunas
cuantiosísimas, impropias del carácter finito de la vida humana (que en el
cajón no caben, ni resultan útiles), que exceden lo necesario para la vida
lujosa del grupo familiar y hasta de un plus de ahorro para eventuales
emergencias.
Como los gobiernos a veces se distraen y se olvidan del bien común y de lograr
la consabida justa distribución de la riqueza, deberían esas mismas personas
ricas, hábiles para hacer progresar a sus empresas, hacer un uso útil de tales
recursos excedentes en exceso, valga la redundancia, en pos de la educación,
capacitación en oficios y profesiones de los que menos tienen, posibilitando
que se incorporen a la vida digna de trabajo, para bien de ellos y de la
sociedad toda, que podría por tal vía, ir superando los problemas de
inseguridad que la aquejan.
Alejandra Belmartino
alexbelmartino@fibertel.com.ar