Buenos Aires, 21 de Mayo de 2014.-
UN PLACER
Un verdadero placer la lectura de la carta
escrita por Enrique Radrizzani, el hijo del médico que oportunamente operara a
Bergoglio, salvándole la vida.
En esta sociedad enferma, materialista, violenta,
con una corrupción institucional que excede toda razonabilidad, realmente
reconforta el alma oír hablar de EFICIENCIA, HONESTIDAD, HUMILDAD, Y VOCACIÓN DE
SERVICIO.
Estoy segura de que Francisco encontrará la forma
de que dicho lector, vea satisfecha su esperanza de un encuentro personal con el
Papa del fin del mundo, y de la lucha diaria por el bien común.
Alejandra Belmartino
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