domingo, 21 de diciembre de 2014

CARTA ENVIADA A MI MAIL POR EL DR JORGE R. ENRÍQUEZ 20-12-2014 - COINCIDO.

ENCADENADOS

Por Jorge R. Enríquez

A la presidente se le ocurrió esta vez festejar el Día de la Democracia. Que es el 10 de diciembre, no el 13, pero estos detalles no le importan demasiado. Había que encontrar una excusa que permitiera realizar, con fondos públicos, un nuevo y monumental acto partidario. Porque de eso se trató. No fue una fiesta patria, ni cívica. No representó los valores compartidos de la democracia, que nos unen a la inmensa mayoría de los argentinos. Fue, una vez más, un acto sectario, de autocelebración. No apuntó a la unión nacional, sino a la confrontación. Como celebración de una fecha tan cara a los argentinos de las más diversas ideas, no pudo haber sido peor.
La señora de Kirchner está nerviosa y no lo puede disimular. Las numerosas causas judiciales que afectan a su gobierno ya no se refieren solo al vicepresidente, a algunos funcionarios o a ciertos empresarios de su confianza: ya involucran a su familia. De ahí que, en lugar de poner a disposición de jueces y fiscales la mayor información posible, para que investiguen con profundidad, ha salido a denunciarlos. Habló de "sicarios mediáticos y secuaces judiciales". De nuevo, describió una colosal conjura contra ella y su administración. Solo faltó la palabra "sinarquía". 
Después, la señora bailó, como si fuera una estrella del espectáculo. Quedó claro, por si había alguna duda, que la gran ceremonia no tenía por objeto la afirmación de principios o la recordación de quienes contribuyeron a forjar nuestra democracia, sino la mera renovación del culto a la personalidad de la Jefa de Estado.
El discurso de la presidente fue lamentable. Hasta llegó a compararse con Manuel Belgrano, un prócer que no se caracterizó por acumular propiedades durante su paso por la función pública, sino por dejar una lucrativa carrera como abogado y economista exitoso para entregar todo por la naciente patria.
Hubo crispación y enojo en las palabras y en los gestos de la señora de Kirchner. También, una actitud paternalista hacia sus ministros, que no es propia de los regímenes republicanos, sino de los autócratas. Así, no parece adecuado que llame a su ministro de Economía "chiquito", por más que lo sea, no solo por su escasa altura, sino por sus magros resultados como funcionario.
Ahora se anuncia una nueva modalidad de la cadena nacional. Será más breve, editada, pero más frecuente y en horario central de la televisión. Ayer la inició perorando sobre dentaduras, caries, tratamientos de conducto, tornos y prótesis dentales. Sería risueño, si no fuera dramático. El deterioro institucional que esto implica es mayúsculo. ¿Hasta cuándo seguiremos tomando esto como algo natural?
Viernes 19 de diciembre de 2014
                                                                            Dr. Jorge R. Enríquez
                                                                       jrenriquez2000@gmail.com
                                                                          twitter: @enriquezjorge


Tortuga

Tortuga

Ballena

Ballena

Delfin

Delfin

Pato

Pato

Pura

Pura

Playa

Playa