El Poder es nuestro
Nota de Joaquín Sorondo – La Nación – 23,2,2015
Una sombría sensación se apoderó de muchos de
nosotros. Algo que va más allá de la conmoción inicial y la tristeza que nos
produjo la muerte del fiscal Alberto Nisman. Es un golpe en la cara que nos
revela con brutalidad el horror. Es habernos dado cuenta finalmente cómo es
este Estado que supimos construir, este entramado de podredumbre enquistado en
la vida de la Nación, este revival de la violencia política que creímos haber
dejado atrás. Estamos perplejos ante la magnitud del desquicio institucional
consumado al calor de nuestra democracia.
Lo ocurrido aquel confuso domingo significa
mucho más que la desaparición de un fiscal que tuvo la valentía de denunciar a
un presidente en ejercicio. Es la confirmación de la existencia de la sucia
política, de los actos inconfesables, de lo peor de nosotros mismos. Ese
submundo que hoy emerge a la superficie, esa cloaca que con hipocresía utilizan
algunos políticos para sus fines inconstitucionales. Hoy se nos cae
impúdicamente el velo para dejar al descubierto a una democracia en terapia
intensiva. Estamos en una guerra sin el casco que nos proteja de las esquirlas
que pueden alcanzarnos en cualquier momento. Volvemos a sentimos inseguros, con
miedo.
Es un golpe en la cara que nos revela con brutalidad
el horror.
Intuimos de entrada que no se trataba de un
simple suicidio, que lo habían asesinado. Muerte del fiscal pero también de
nuestra ingenuidad de pertenecer a un Estado democrático y protector. Caímos en
la cuenta de nuestra orfandad en estos tiempos de decadencia y desintegración.
Años de ensueños que empobrecieron y dividieron aún más a una sociedad ya
convaleciente. Asistimos al asalto del Estado para hacer negocios
multimillonarios apostando, simultáneamente, a reelecciones eternas mientras la
República se nos moría.
Pero es imprescindible decirlo: la
responsabilidad es compartida. Los ciudadanos, salvo valientes excepciones,
permanecimos callados ante la destrucción de las instituciones y el mayor
saqueo de la historia. Seducidos por relatos o ventajas de sector, optamos por
el silencio antes que el bien común. La corrupción nos fue tomando
paulatinamente hasta vaciarnos de convicciones y muchos dentro de sus
posibilidades, se sumaron al asalto a través de sus propias imposturas. Tenemos
anestesiada la conciencia.
El desencanto con nuestra democracia y el mero
espejismo republicano, nos enfrentan a esta oscura sensación de haber tocado
fondo. Las instituciones que nos gobiernan son simplemente de cartón; a la
mayoría de nuestros dirigentes, incluidos los políticos, les ha faltado
grandeza. Nos ganó la división y la intolerancia pero principalmente la
indiferencia y la cobardía. Nuestra tibieza pudo más que los valores que nos
enseñaron nuestros mayores.La oscuridad no nos debe paralizar, el
desánimo no nos puede vencer. Estamos obligados a buscar la luz en nosotros
mismos, los ciudadanos, para cambiar este monumental fracaso.
Y, a pesar de todo, la oscuridad no nos debe
paralizar, el desánimo no nos puede vencer. Tenemos que levantarnos con
determinación de entre las cenizas de este Estado moribundo buscando la
inspiración de aquellos patriotas e inmigrantes que construyeron este país de
oportunidades. Debemos volver a creer que la convivencia es tolerancia, que la
humildad es el antídoto para tanto despropósito, que sin decencia no hay
justicia, que la política es servicio.
Solo nos queda la participación. Debemos
asumir con convicción nuestra responsabilidad ciudadana, comprender que el
poder es nuestro y no de los políticos, nuestros representantes. Delegar la
democracia en los políticos sin nuestra participación es simplemente renunciar
a ella. Sin una ciudadanía activa no hay democracia, ni República ni porvenir.
Etimología
de REPUBLICA: forma de
gobierno en que la soberanía reside en el pueblo, que la ejerce mediante
representantes escogidos libremente> del latín rempublicam, acusativo de res
publica, el bienestar o interés publico. Republica, literalmente, la cosa
p’ublica, de res, cosa, cuestión, asunto, hecho, bienes / del indoeuropeo, rei, propiedad, cosa poseída, cosa. De
la misma familia, real, reivindicar, posiblemente,
reo, res mas publica, femenino de publicus,
del pueblo, publico. Tomado de Breve Diccionario Etimológico de la Lengua
Española, Guido Gómez de Silva.
Ante la omisión de función jurisdiccional legal de órganos en los que se denunciaban delitos de la asociación ilícita que desgobierna, trafica, arma causas falsas con las instituciones del estado para preservarse, mata para ocultar, e infrajuzga desde 2003, promoví en 2009 la Causa 241 B en Suprema Corte por considerar que al Narcotráfico y el Delito Común en el Gobierno eran una cuestión de gravedad institucional. La Dra Carmen Argibay consiguió 4 votos para desestimar: Pero lo importante son sus manifestaciones: Le dijo a Cristina y socios. "Me llegó la Causa 241. La habían armado bien. Muy bien. Tienen prueba por demás. Tengan cuidado", agregó. Es decir los delincuentes que trafican y gobiernan, además de privar de libertad a inocentes que saben tales para desapoderarles propiedades privadas ganadas y conservadas con el trabajo lícito, y otros delitos variadísimos ... deben cuidarse de las personas honestas de trabajo que buscamos la justicia legal que no existía en 2009, ni tampoco a la fecha. Alsogaray es la excepción que confirma la regla. O el Juez de Banfield, que aunó la muerte de Sosa por la mafia de River y abogados del Gobierno (31-01-2009), con la de Acro, Efedrina, en concurso real con 5 hechos. ¿Será así? Argentina 2003/2015 ...Mucho para mejorar...