Padecí mucho la muerte de Nisman. Me
recordó padecimientos anteriores de otras personas, que me llevaron a
comprender lo difícil que es estar solo frente a mafias que tienen el control
de las instituciones del estado, que usan de manera ilegítima, para perseguir
fines non sanctos, y de un modo o de otro, te neutralizan con
ellas.
Aquéllas son poderosas. El fiscal,
no es más que eso, un funcionario valiente, tal vez el único que animó hasta
ahora en Argentina, a enfrentar al poder de un gobierno corrupto, que parece
que delinque impunemente por una vía o por otra, hace más de una década.
Duele que lo hayan dejado tan
solo, sus colaboradores, sus custodios, la justicia, el gobierno.
No parecía una persona que
pudiera suicidarse. Pero lo cierto es que solos somos muy vulnerables y
frágiles frente a estados mafiosos que te exterminan de una manera o de otra, haciéndote
sentir su yugo y su poder, dejándote casi en situación de indefensión y hasta
de burla y humillación.
No era una situación fácil, pero
daba la impresión de estar preparado para manejarla.
Solo Dios sabrá qué pasó.
Con Mafias en el poder, todo es
posible. Quien los conoce y los padeció, sabe de lo que son capaces; todo lo
controlan, lo acomodan, lo utilizan, lo neutralizan. No somos nada frente a
aquéllas.
Alejandra Belmartino