La herencia narco
6 de mayo 2016
Susana Malcorra es la canciller de Argentina y seguramente una de las mejores funcionarias del gobierno de Mauricio Macri. Es seria y rigurosa. No sanatea. Ayer dio una información que me estremeció y que, creo debe estremecer, ocupar y preocupar a todos los argentinos. Dijo que nuestro país es el tercer exportador mundial de cocaína. ¿Escuchó bien? Estamos en el podio de los tres mayores exportadores del mundo de ese veneno blanco llamado cocaína? No habla de soja, de carne o de limones. Habla de veneno en polvo. Y dijo que la droga sale hacia Europa vía Africa y por lo tanto es una fuente de financiamiento de los grupos extremistas tipo Boko Haram. Es de terror.
Encima nos enteramos que el peligroso jefe narco colombiano Henry de Jesús López Londoño, más conocido como “Mi sangre” logró por tercera vez su objetivo y suspendió el juicio de extradición a los Estados Unidos. Está detenido desde 2012 en Argentina y semejante enemigo público tiene capacidad para influir en la justicia y seguramente no solo en la justicia.
Está claro que el cristinato dejó una herencia maldita por donde se la mire. Descalabro económico, inequidad creciente, patoterismo de estado, fractura social expuesta por el odio que instalaron y los niveles de corrupción más altos desde el retorno de la democracia en 1983.
Pero hay algo muy peligroso para todos que no tiene perdón de Dios. Porque dejaron instalar a los narcos, hicieron negocios y tuvieron complicidades con algunos patrones del mal y permitieron que el consumo de droga se multiplicara mientras negaban el problema y miraban para otro lado.
Resulta que ahora nos enteramos que en flamante informe del organismo que se ocupa de luchar contra las drogas en las Naciones Unidas tuvimos el triste privilegio de aparecer los argentinos a propósito del triple crimen de General Rodríguez. Allí llaman a las cosas por su nombre. La importación fraudulenta o de contrabando de toneladas de efedrina para exportar a México donde fabrican metanfetaminas, fue un negocio gigantesco y criminal parido desde el estado. ¿Se acuerda de ese escándalo?
Primero, el Sedronar. Es el organismo encargado de combatir la droga. Tiene rango de secretaría de estado. Durante 7 años, repito 7 años, no 10 minutos, el responsable fue uno de los grandes amigos de Néstor Kirchner. El dentista José Ramón Granero, por acción u omisión permitió o colaboró para que los narcos hicieran un negocio multimillonario con el delito despreciable de importar solo en el año 2007, la friolera de 20 mil kilos de efedrina. Le doy algunas cifras para que se entienda la magnitud de la corrupción. En México la efedrina está prohibida porque se utiliza para fabricar drogas sintéticas como el éxtasis. Por lo tanto vale fortunas. Argentina, en promedio, importaba 1.200 kilos por año para uso medicinal. De pronto, pasaron a 20 mil kilos. Compraban un kilo a 100 dólares y lo vendían a 10.000 dólares. ¿Se da cuenta? Lo importaban y enseguida lo exportaban a México de contrabando y ganaban cataratas de dólares. Dicen que el negocio movió más de 500 millones de dólares.¿Néstor Kirchner no notó nada raro pese a que seguía siempre muy en detalle los números de la economía? Pero no solo Granero estuvo en esto. El ya fue procesado por la jueza Servini de Cubría. También estuvieron los tres hermanitos Zacarías. El cartel de los Zeta, se podría decir. El trío de grandes amigos de Néstor y por eso ocuparon siempre puestos claves en el estado: en el PAMI, en protocolo de presidencia y en la Sedronar. Repito: ¿Néstor no se enteró de nada raro? ¿Nada le llamó la atención? ¿Cristina no sospechó de los aportes que recibió para su campaña electoral? La mayoría eran de droguerías involucradas en la mafia de los medicamentos y en el tema de la efedrina. Hubo un triple asesinato por este tema y los Kirchner miraron para otro lado. Ya le dije varias veces que uno de los asesinados, Damián Ferrón aportó 400 mil pesos a la campaña de Cristina. Es un dinero. 400 mil pesos hace 9 años.
¿Estado bobo o cómplice? ¿Demasiados tontos o demasiado vivos? ¿Pobres ineficientes o Ricachones corruptos?
Esto es lo que hicieron los Kirchner con el principal organismo del estado para combatir las adicciones. Hasta que aparecieron Aníbal Fernández y un grupo de topos de la SIDE y todo se complicó más todavía.
La narcocracia que dejó el kirchnerismo es el principal enemigo que Macri tiene que vencer. Digo narcocracia K sin temor a equivocarme porque “cracia” viene del griego cratos que significa gobierno. Y es a ese gobierno que intentaron instalar los narcos y sus cómplices el que hay que destruir si es que queremos vivir en un país sano y seguro para nuestros hijos.
Los narcos consolidaron su instalación en la Argentina en estos últimos doce años. No lograron el objetivo final de armar un gobierno paralelo pero estuvieron a punto de empujarnos al abismo de lo que fue Colombia o México. Por ahora no lo lograron. Estamos lejos de esa realidad tenebrosa pero con el gobierno anterior íbamos a ese modelo.
Dice bien Macri cuando responsabiliza a los Kirchner de este drama. Ya sea por inacción, incapacidad o complicidad, desde Néstor para acá hubo una docena de años en los que se abrieron las puertas y ventanas a los delitos más crueles del crimen organizado para el tráfico de drogas. Por eso es tan grave todo lo que está pasando.
Por eso el flamante gobierno no puede mirar para otro lado. Su desafío es que gobierne el pueblo a través de la democracia o los criminales a través de la narcocracia. Así de grave es la cosa.
¿Qué tiene que hacer Macri? Todo lo que el gobierno de Cristina y Aníbal Fernández no hicieron y revisar todo lo que sí hicieron. Hay que dinamitar las complicidades de la política, la justicia y todas las fuerzas de seguridad. Invertir en tecnología de última generación, capacitar con los mejores a nuestros uniformados y meter presos a todos que facilitaron y siguen facilitando la infiltración de los carteles mejicanos y colombianos en nuestro bendito país.
Los Kirchner estuvieron más de 12 años en el poder y esa capacidad nefasta que tuvieron para negar lo evidente fue la que permitió la invasión silenciosa de los narcos. En todos los planos se han comportado como un estado bobo o lo que es peor, con complicidades que la justicia debe investigar.
Agustin Salvia, el investigador del Conicet y el Observatorio social de la UCA comentó que el informe que hicieron dice que en los barrios más pobres el 85% de los entrevistados dijo que vive rodeado de kioscos de droga. Y que por supuesto los más jóvenes son los que más riesgos corren. El consumo es una verdadera pandemia. Casi la mitad de los hogares argentinos confesaron tener una boca de expendio de droga cerca de sus domicilios. Y que el sentimiento de infelicidad se triplica en las casas donde alguien cae en adicciones.
No es casual que Argentina, que era un país de tránsito, hoy sea uno de los mayores exportadores y consumidores de cocaína. ¿Quién tiene la culpa de esto? ¿Quién es el que por irresponsabilidad, incapacidad o complicidad permitió que lleguemos hasta acá? ¿A quién hay que pasarle la factura por este veneno que asesina generaciones y que destruye países? ¿Quiénes fomentaron la narcocracia? Juicio y Castigo para ellos. Para Aníbal Fernández y Cristina. Ella por el silencio y la negación del tema. Y él por insistir en que este es solo un país de tránsito cuando hace mucho que está claro que no es asi. Hasta el Papa Francisco se dio cuenta y lo dijo con todas las letras. Por eso lo puso a Aníbal en la mira. No fue magia, fue mafia. Por eso la única grieta positiva debe ser entre la ley y la mafia.
Es una cuestión de vida o muerte. Democracia o narcocracia. Esta batalla recién comienza y usted elige.